Corriendo que es gerundio…

Cuanta gente corre hoy en dia… nos asomamos a la ventana y no tardará en pasar alguien corriendo con su camiseta de colores y sus zapatillas. Durante mucho tiempo me pareció aburrido eso de correr. Para mi, hacer ejercicio estaba ligado a disfrutar, estaba conectado con actividades lúdicas como volar cometas o patinar. Sin embargo, el tiempo pasa, la vida se complica, el cuerpo se vuelve rígido y torpe, los analisis médicos te muestran que el colesterol lo tienes alto, notas que cada vez pasas mas y mas horas sentado frente al maldito ordenador… Y le das otra mirada a eso de correr. Eso me ocurrió a mi hace unos cuatro años. Quise empezar a hacer ejercicio de forma mas regular. Con una agenda loca, llena de reuniones, compromisos y viajes, si pude ir sacando 3 dias en semana para correr. Y pasado el primer año, empecé a disfrutar realmente. Mi cuerpo se fue acostumbrando. Lo asocié a escuchar música y a tener una hora de soledad y concentración para mi sólo. Y las endorfinas comenzaron a fluir … tuve la vision de combinarlo con sitios bonitos, e incluso cuando estaba de viaje, me levantaba antes de amanecer y correteaba para sentir la nueva ciudad y llegar a conocerla un poquito antes de la reunión.

 

Tuve la suerte de poderlo compartir con mi hija Alba y pronto ella y yo nos animábamos a levantarnos pronto todos los dias y hacer nuestros kilometros … con el viento en la cara! sudando la camiseta. Perdí peso, me sentí bien y retomé muchas cosas de mi vida con un nuevo ánimo…

 

Cuando puedes correr por la montaña, todo cobra una dimensión inusitada. El paisaje te anima a seguir, a explorar, a subir, a bajar… en este verano Alba y yo disfrutamos de varias carreras por los Pirineos. Escenas y momentos inolvidables. Acabamos agotados, no teníamos experiencia pero en una de las carreras subimos bien alto, vencimos un desnivel de mas de 1100 metros y completamos mas de 17 kilómetros en una mañana soleada y gloriosa:

 

 

Ese mismo año subiría al cerro Campana en Chile central con mi amigo Adrian, toda una odisea para mi, ya que ascendimos casi 2000 metros e hicimos mas de 30 kms. Me dejé el psoas (un musculo que no sabía ni que tenía) dolorido, y quede varios dias bajo mínimos, pero valió la pena. Fue un ascenso increible, pasando desde zonas bajas, al bosque de nieblas y ascendiendo por encima del mar de nubes a la cumbre desde donde se veían los Andes. El mismo sendero que recorriera Charles Darwin hace mucho tiempo… Aqui lo resumo en un video:

 

 

 

Unos meses antes mi hija Alba y yo con mi cuñado Pepe nos apuntamos en una divertida carrera nocturna por la zona de Colmenar Viejo, al pie del cerro de San Pedro (Madrid). La carrera de las luces. Lo pasamos muy bien. Escenas increíbles al ver el rosario de lucecitas en medio de la oscuridad recorriendo los caminos… Un video de aquella noche:

 

 

Esperamos seguir mucho tiempo disfrutando de este ejercicio tan sano y natural!!!

 

 

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