Una mañana algo nubosa de diciembre agarramos nuestros patines y buscamos un tramo del muelle del puerto de Campello para probar nuestras habilidades con el slalom. Pusimos 20 conos pequeños a 1.5 metros de distancia entre si y fuimos probando. Al no haber cuesta había que bombear mucho para llevar velocidad. La cuestión fue divertida y se hacía mucho ejercicio. Poco a poco Elena y Diego se fueron animando, con algo más de éxito el segundo que la primera. Y cada tres o cuatro veces que recorríamos los conos, nos dábamos un buen paseo por el puerto, disfrutando de la suave brisa marina, del tintineo de los cables y cabos sobre palos y botavaras de las embarcaciones y también del suave cemento sobre el cual nuestros skates parecían flotar y navegar… sobre nuestras cabezas volaban bandos de gaviotas y a nuestro lado algunos paseantes se entretenían mirando nuestras evoluciones. Una mañana marinera y feliz.